HACE 5 AÑOS UN CHICO DE 16 AÑOS MURIÓ EN UNA COMISARÍA: “NI RODRÍGUEZ SAÁ NI DARÍO NEIRA ME LLAMARON ALGUNA VEZ”
La madre de Franco Maranguello mantiene la esperanza de que habrá justicia, pero está llena de preguntas sin respuestas.


Para Sandra Bravo revivir la fecha es un tormento. Es un hueco que llevará en el corazón hasta el último suspiro ¿Quién no podría entender que las palabras se transforman en ese dolor que la atraganta? Es una madre que ya tuvo que enterrar a dos hijos. “Tengo un montón de preguntas sin respuestas, solo espero que algún día se haga justicia”, transmitió en una entrevista con El Chorrillero.
“Lo recuerdo todos los días, no solo cuando llega un aniversario. Todos los días son difíciles, pero tengo que seguir adelante porque un hijo más chicos que me necesita. No tengo ayuda de nadie, por eso no puedo bajar los brazos y él es mi motor”, completó. Le cuesta hablar, pero lo hace porque es la única manera que no se van a olvidar del nombre de su hijo.
Sandra Bravo madre de Franco Maraguello.
A Franco Maranguello lo “levantaron” cuando caminaba por la vereda, cerca de su casa. Fue el 24 de abril de 2020, mientras regían las medidas de restricción por la pandemia del coronavirus; y en San Luis particularmente las salidas a la calle se ajustaban a la terminación del documento, es decir los días se dividían en pares e impares.
Sobre los motivos de es esa “detención” hubo diversas versiones que nunca fueron esclarecidas. Primero porque estaba en actitud de robo y llevaba un cuchillo; después porque se encontraba en la calle sin el documento. Fue trasladado a la Comisaría de Atención a la Niñez, Adolescencia y Familia (CANAF) y lo encerraron en una celda. El DNI sí lo llevaba encima porque después se lo entregaron a la madre. No tenía antecedentes policiales.
Es una incógnita si lloró, si pidió auxilio, si llamó a su mamá, si tenía frío. ¿Por qué el final de su vida fue en una celda helada, mojada y sin luz? Por qué lo detuvieron, quién lo ordenó, quién lo custodió. No se sabe.
Cuando se cumplieron tres años, la jueza Mirta Ucelay archivó la causa, pero el año pasado tras una apelación del abogado de la familia de Franco, Gustavo Otegui se logró que la investigación se reabriera. No hay personas que hayan sido responsabilizadas por esto.
El último día de febrero, de este año, Ucelay se jubiló y el Juzgado de Instrucción Nº 3 hasta el momento no tiene un reemplazante. Para ella no había dudas que el chico se quitó la vida, y que ya no había más nada por investigar. Consideró falta de mérito para instruir el sumario.
Para Bravo, a su hijo se lo mataron. Tenía 16 años.
Otegui fundamentó que como en ese momento regían restricciones para salir y entrar a la provincia hubo peritos de otras ciudades “que no pudieron participar de las pericias y lo pueden hacer ahora”. Y adjuntó Otegui el informe de un profesional de Córdoba sobre el análisis e interpretación criminalística donde señala como “muerte de etiología dudosa” la de Franco. Tampoco se realizó la reconstrucción del hecho.
Lo de Franco sucedió 20 días después que Florencia Magalí Morales, en la comisaría de Santa Rosa del Conlara muriera de la misma manera, en un contexto casi idéntico. En un calabozo la hallaron ahorcada.
El gobernador de la provincia era por entonces Alberto Rodríguez Saá, y el jefe de la Policía, Darío Neira. No hubo pronunciamientos oficiales sobre estos hechos de extrema gravedad institucional que fueron noticia en todo el país.
Darío Neira y Alberto Rodríguez Saá.
En un informe que realizó la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos expuso que las fuerzas de seguridad de San Luis “desplegaron sus funciones de manera brutal” durante la pandemia, y que eso “fue encubierto por los discursos de las autoridades provinciales”.
“Nunca me llamó el gobernador Rodríguez Saá ni el jefe de la Policía, ni a preguntar ni a disculparse por nada”, remarcó la mujer cuando se acuerda cómo tuvo que transitar esta pérdida. Sola, sin dinero y con mucho miedo. que no tiene ni casa donde vivir. Alquila una habitación.
Neira hoy es el candidato, detrás de la ex ministra de Salud, Silvia Sosa Araujo, a diputado provincial por el Partido Justicialista.
A las 20 del 24 de abril, a Bravo le avisaron que fuera a la Comisaría de Atención a la Niñez, Adolescencia y Familia porque ahí estaba Franco. Cuando entró notó el movimiento. Los efectivos daban vueltas y corrían para todos lados. Ella comenzó a desesperarse, y vio que también llegaban los periodistas. Fue por ellos que se enteró que Franco estaba muerto, y un ataque de nervios la invadió. Pudo verlo recién cuando estaba en la morgue. Se lo devolvieron en un cajón, sin explicaciones.
Según la hipótesis, Franco usó su remera para colgarse. Estaba descalzo. Cuando le entregaron el cuerpo vio marcas, tales como “moretones en la rodilla, en el antebrazo y le salía sangre de la cabeza”.
Había dejado la escuela, pero muchos saben que en la esquina de Plaza Pedernera lavaba autos y ayudaba para comer en la casa.
“Hace 5 años fue detenido injustamente y llevado a la comisaría del menor. Pocas horas después apareció ahorcado en la celda. No vamos a parar hasta que tengamos justicia. Por favor compartan, el próximo puede ser tu hijo o tu hermano”, escribió Otegui en un posteo en las redes sociales.
El Tribunal que en abril del año pasado revocó el archivo de la causa pidió que volviera a manos de Ucelay. Interpretó que era “imperioso continuar con la instrucción a efectos de brindar una mayor garantía dada la importancia de los intereses tutelares, en especial el interés superior del niño”.
Hace un año que se pidió profundizar la investigación para esclarecer lo que realmente pasó.
por Catalina Ysaguirre
HACE 5 AÑOS UN CHICO DE 16 AÑOS MURIÓ EN UNA COMISARÍA: “NI RODRÍGUEZ SAÁ NI DARÍO NEIRA ME LLAMARON