LA AGENDA WOKE Y LA POLÍTICA PARTIDARIA ATERRIZAN EN LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CUYO
La Universidad Católica de Cuyo volvió a quedar en el ojo de la tormenta tras la organización de un acto que, lejos de sostener el espíritu académico, exhibirá un marcado tinte político y militante.
El evento, según se denunció desde distintos sectores, servirá como vidriera para figuras alineadas con el exgobernador Alberto Rodríguez Saá, lo que despertó fuertes críticas hacia la institución por permitir que su espacio educativo se convierta en plataforma de propaganda.
La organización estuvo en manos de Gretel Cali, actual decana de la Facultad de Derecho, exfuncionaria de Sergio Tamayo y reconocida militante albertista, lo que terminó de confirmar la impronta política detrás de la iniciativa.
En la mesa de panelistas se ubican María Antonia Salino, Paulina Calderón y Gloria Petrino, todas referentes estrechamente vinculadas al dirigente puntano. En particular, Paulina Calderón llega con un prontuario político ligado al gabinete de Ayelén Mazzina en el Ministerio de la Mujer de la Nación durante el gobierno de Alberto Fernández, etapa marcada por la imposición de la agenda WOK, el avance de las banderas LGBTIQ+ y la defensa del aborto legal.
Malestar en la Iglesia y Obispos de Cuyo por la agenda LGTB+ y pro aborto en la UCCuyo
La actividad también generó malestar en el Obispado de Cuyo, desde donde se cuestionó que una universidad de raíz católica promueva espacios encabezados por dirigentes identificados con la agenda proaborto, en abierta contradicción con los valores y principios que la Iglesia sostiene.
El cuestionamiento no pasa solo por los nombres, sino por el trasfondo: ¿cómo puede una universidad católica, que se supone comprometida con la formación independiente y el pensamiento crítico, abrirle la puerta a una agenda que choca de lleno con sus propios principios doctrinarios y que además se encuentra teñida de intereses partidarios?
Lo sucedido enciende las alarmas sobre el rol de la Universidad en el reacomodamiento político provincial. Lejos de ser un espacio confesional, se la percibe cada vez más como un brazo de militancia explícita en favor del exmandatario Rodríguez Saá, lo cual erosiona la credibilidad y la seriedad académica de la institución.
En definitiva, este episodio no solo expone la colonización ideológica de las aulas, en ámbitos educativos privados que sostienen la doctrina social y la pastoral de la Iglesia Católica , y cuyos estatutos universitarios tienen como objeto educar desde la teología cristiana, sino que también abre un debate profundo: ¿hasta qué punto las universidades deben ser usadas como trincheras de propaganda y adoctrinamiento, en vez de como ámbitos de verdadero pensamiento libre?
